Pasó su infancia en Lanús, una localidad del Gran Buenos Aires, donde creció en medio de las historias y supersticiones de su abuela, oriunda de Corrientes. Años después se mudó junto a su familia a la ciudad de La Plata. Allí se acercó a la literatura y al punk, por lo que decidió estudiar periodismo y especializarse en música rock. Se licenció en Periodismo y comunicación social en la Universidad Nacional de La Plata.
Comenzó a escribir atravesada por la lectura de clásicos del terror estadounidense como Stephen King y Lovecraft. A los 19 años escribió su primera novela, que tituló Bajar es lo peor, y que retrataba varios temas que inquietaban a la juventud de su época: ansiedad adolescente, alcohol, drogas, rock, entre otros. Gracias a la hermana de una amiga, el manuscrito llegó a las manos de Juan Forn, de Editorial Planeta, quien decidió publicar la novela. Aunque el libro no recibió buenas críticas, se convirtió en un éxito de ventas y con el tiempo tornó en un libro de culto, ubicando a Enríquez en la escena literaria argentina a pesar de su corta edad.
Luego del éxito de su primer libro empezó a trabajar como periodista, primero de freelance y luego en el diario argentino Página/12, donde eventualmente se convirtió en subeditora del suplemento cultural Radar.
Varios años después, en 2004, publicó con la editorial Emecé su segunda novela, Cómo desaparecer completamente. Un año después escribió para una antología su primer cuento, titulado El aljibe, en el que una niña visita junto a su familia a una curandera donde practican un ritual que le provoca un profundo miedo. El cuento volvió a aparecer en 2009, junto a varios otros relatos que exploraban el género del terror, en el primer libro de cuentos de Enríquez, Los peligros de fumar en la cama (Emecé Editores).
En 2016 publicó el libro de cuentos de terror Las cosas que perdimos en el fuego (Editorial Anagrama), que se convirtió en un éxito en ventas y fue traducido a más de una decena de idiomas. El libro ganó el Premio Ciutat de Barcelona en la categoría de lengua castellana.
En 2019 ganó el Premio Herralde de novela, que convoca la Editorial Anagrama con la novela Nuestra parte de noche, título tomado de unos versos de Emily Dickinson. Allí cuenta la historia de un padre y un hijo llamados a ser médiums de una sociedad secreta que busca la vida eterna. Esto contextualizado en los años de la dictadura militar. En esta obra, pone en juego todas las inquietudes que fue trazando en la totalidad de su obra: los santos paganos, referencias a los mundos de Lovecraft, Emily Brontë y Sábato, el vampirismo, el sexo entre hombres, la turbia belleza baudelaireana, la belleza injuriada de Rimbaud, la literatura fantástica y de terror, los subterráneos, los demonios-hombres, y demás manías que le recuerdan la vulnerabilidad de la vida misma.
Comenzó a escribir atravesada por la lectura de clásicos del terror estadounidense como Stephen King y Lovecraft. A los 19 años escribió su primera novela, que tituló Bajar es lo peor, y que retrataba varios temas que inquietaban a la juventud de su época: ansiedad adolescente, alcohol, drogas, rock, entre otros. Gracias a la hermana de una amiga, el manuscrito llegó a las manos de Juan Forn, de Editorial Planeta, quien decidió publicar la novela. Aunque el libro no recibió buenas críticas, se convirtió en un éxito de ventas y con el tiempo tornó en un libro de culto, ubicando a Enríquez en la escena literaria argentina a pesar de su corta edad.
Luego del éxito de su primer libro empezó a trabajar como periodista, primero de freelance y luego en el diario argentino Página/12, donde eventualmente se convirtió en subeditora del suplemento cultural Radar.
Varios años después, en 2004, publicó con la editorial Emecé su segunda novela, Cómo desaparecer completamente. Un año después escribió para una antología su primer cuento, titulado El aljibe, en el que una niña visita junto a su familia a una curandera donde practican un ritual que le provoca un profundo miedo. El cuento volvió a aparecer en 2009, junto a varios otros relatos que exploraban el género del terror, en el primer libro de cuentos de Enríquez, Los peligros de fumar en la cama (Emecé Editores).
En 2016 publicó el libro de cuentos de terror Las cosas que perdimos en el fuego (Editorial Anagrama), que se convirtió en un éxito en ventas y fue traducido a más de una decena de idiomas. El libro ganó el Premio Ciutat de Barcelona en la categoría de lengua castellana.
En 2019 ganó el Premio Herralde de novela, que convoca la Editorial Anagrama con la novela Nuestra parte de noche, título tomado de unos versos de Emily Dickinson. Allí cuenta la historia de un padre y un hijo llamados a ser médiums de una sociedad secreta que busca la vida eterna. Esto contextualizado en los años de la dictadura militar. En esta obra, pone en juego todas las inquietudes que fue trazando en la totalidad de su obra: los santos paganos, referencias a los mundos de Lovecraft, Emily Brontë y Sábato, el vampirismo, el sexo entre hombres, la turbia belleza baudelaireana, la belleza injuriada de Rimbaud, la literatura fantástica y de terror, los subterráneos, los demonios-hombres, y demás manías que le recuerdan la vulnerabilidad de la vida misma.
Pensamientos Literarios.
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