Fue un poeta y escritor portugués, considerado uno de los más brillantes e importantes de la literatura mundial y, en particular, de la lengua portuguesa.
Tuvo una vida discreta, centrada en el periodismo, la publicidad, el comercio y, principalmente, la literatura, en la que se desdobló en varias personalidades conocidas como heterónimos. La figura enigmática en la que se convirtió motiva gran parte de los estudios sobre su vida y su obra.
Habiendo vivido la mayor parte de su juventud en Sudáfrica, donde estudió hasta el año 1905, la lengua inglesa tuvo gran importancia en su vida, pues Pessoa traducía, trabajaba y pensaba en ese idioma. De día, Pessoa se ganaba la vida como traductor. Por la noche, escribía poesía: no escribía «su» propia poesía, sino la de diversos autores ficticios, diferentes en estilo, modos y voz. Publicó bajo varios heterónimos —de los cuales los más importantes son Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares y Ricardo Reis—, e incluso publicó críticas contra sus propias obras, firmadas por sus heterónimos.
Murió por problemas hepáticos a los 47 años en la misma ciudad en que naciera, dejando una descomunal obra inédita que todavía suscita análisis y controversias.
La obra pessoana.
Se puede afirmar que la vida de Pessoa estuvo dedicada a crear y que, de tanto crear, creó también otras vidas a través de sus heterónimos: ese fue su principal característica y el principal interés de su personalidad, en apariencia tan pacata. Algunos críticos se preguntan si Pessoa realmente habría revelado su verdadero yo, o si en realidad no será todo un producto de su vasta creación. Al tratar temas subjetivos y usar la heteronimia, Pessoa se convierte en extremadamente enigmático. Ese enigma es el que motiva buena parte de las investigaciones sobre su obra. El poeta y crítico brasileño Frederico Barbosa declara que Fernando Pessoa fueo enigma em pessoa (con el doble significado de el enigma en Pessoa y el enigma en persona). Escribió hasta su mismo lecho de muerte. Tenía un interés esencialmente intelectual, pudiéndose decir que su vida fue una constante divulgación de la lengua portuguesa, y en palabras de su heterónimo Bernardo Soares: Minha pátria é a língua portuguesa («mi patria es la lengua portuguesa»). O también a través de un poema:
Tenho o dever de me fechar em casa no meu espírito e trabalhar quanto possa e em tudo quanto possa, para o progresso da civilização e o alargamento da consciência da humanidade. Tengo el deber de encerrarme en la casa de mi espíritu y trabajar cuanto pueda y en todo cuanto pueda para el progreso de la civilización y el ensanchamiento de la conciencia de la humanidad.
Parafraseando el lema de la Liga hanseática, Navigare necesse est, vivere non necesse (navegar es necesario, pero vivir no lo es), Pessoa dice en el poema Navegar é Preciso:
Viver não é necessário; o que é necessário é criar. Vivir no es necesario, lo que es necesario es crear.
Otra interpretación de ese poema indicaría que la navegación es el resultado de la actitud racionalista del mundo occidental: la navegación exigiría "precisión", mientras que la vida quedaría dispensada de tenerla.
Fernando Pessoa es sin duda alguna el poeta portugués más importante del siglo XX. En su poema Autopsicografia, afirmó que el poeta era «un fingidor» de sí mismo y toda su obra se concibe como un «drama en gente» en que dialogan diversas voces o heterónimos, equivalentes a los «apócrifos» de Antonio Machado, que representan diferentes cosmovisiones.
Sobre Fernando Pessoa, el poeta y nobel mexicano de Literatura Octavio Paz dijo que «los poetas no tienen biografía; su obra es una biografía» y que en el caso de Pessoa «nada en su vida es sorprendente, nada excepto sus poemas». El crítico literario estadounidense Harold Bloom lo consideró en su libro The Western Canon ("El canon occidental") el más representativo poeta del siglo XX, junto al chileno Pablo Neruda.
Con motivo de la conmemoración de su nacimiento en 1988 su cuerpo fue trasladado al Monasterio de los Jerónimos de Belém, confirmando el reconocimiento que no tuvo en vida.
Obra poética.
El poeta es un fingidor.Finge tan completamenteQue llega a fingir que es dolorEl dolor que de veras siente.
Fernando Pessoa/Bernardo Soares; Autopsicografía; Publicado el 1 de abril de 1931.
Se considera que la gran creación estética de Pessoa fue la invención de los heterónimos, que atraviesa toda su obra. Los heterónimos, a diferencia de los pseudónimos, son personalidades poéticas completas: identidades, que, en principio falsas, se vuelven verdaderas a través de su manifestación artística propia y diversa del autor original. Entre los heterónimos, el mismo Fernando Pessoa pasó a ser llamado ortónimo, ya que era la personalidad original. Con el tiempo, y con la maduración de las demás personalidades, el propio ortónimo se convirtió en un heterónimo más entre otros. Los tres heterónimos más conocidos (y también aquellos con mayor obra poética) fueron Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Un cuarto heterónimo de gran importancia en la obra de Pessoa fue Bernardo Soares, autor del Livro do Desassossego (Libro del desasosiego), una importante obra literaria del siglo XX. Bernardo es considerado un semi-heterónimo por tener muchas semejanzas con Fernando Pessoa y no poseer una personalidad muy característica ni fecha de fallecimiento, al contrario que los otros tres, que tienen fecha de nacimiento y muerte, con excepción de Ricardo Reis (que no tiene fecha de fallecimiento). Por esa razón el escritor y premio Nobel portugués José Saramago pudo escribir su novela «O ano da morte de Ricardo Reis» (El año de la muerte de Ricardo Reis).
A través de los heterónimos Pessoa encauzó un profunda reflexión sobre la relación entre verdad, existencia e identidad. Este último factor tiene una gran importancia en la famosa naturaleza misteriosa del poeta:
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Pessoa
Com uma tal falta de gente coexistível, como há hoje, que pode um homem de sensibilidade fazer senão inventar os seus amigos, ou quando menos, os seus companheiros de espírito? Con una falta tal de gente con la que coexistir, como hay hoy, ¿qué puede un hombre de sensibilidad hacer, sino inventar sus amigos, o cuando menos, sus compañeros de espíritu?
Pensamientos Literarios.
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