Fue un novelista, cuentista y guionista paraguayo. Está considerado como el escritor más importante de su país y uno de los más destacados en la literatura latinoamericana. Ganó el Premio Cervantes en 1989 y sus obras han sido traducidas a, por lo menos, veinticinco idiomas.
Producida en su mayor parte en el exilio, la obra de Roa se caracteriza por el retrato que hace de la cruda realidad del pueblo paraguayo, a través de la recuperación de la historia de su país y la reivindicación de su carácter de nación bilingüe (Paraguay tiene el idioma guaraní como segunda lengua oficial); y la reflexión sobre el poder en todas sus manifestaciones, tema central de la que el mismo Roa llamó su "trilogía sobre el monoteísmo del poder", también llamada "trilogía paraguaya", compuesta por las novelas Hijo de hombre (1960), Yo el Supremo (1974) y El Fiscal (1993), que conforman el núcleo de su obra.
Primeros años (1917 - 1932)
Augusto Roa Bastos nació el 13 de junio de 1917 en Asunción, pero a los pocos meses su familia se trasladó a Iturbe, un pequeño pueblo de la región del Guairá, en una cultura bilingüe entre el guaraní y el castellano, donde pasó sus primeros años.
Regresó a la capital de su país, donde se formó con la lectura de los libros clásicos franceses, de León Tolstoi y de William Faulkner facilitada por su tío paterno, el obispo Hermenegildo Roa, hombre de origen catalán, con quien vivió.
Era hijo de un hombre de origen portugués que contaba con muy buena educación, y de un burgués de clase media, muy severo y autoritario, quien fue gerente de una refinería de caña de azúcar. Roa Bastos era de origen vasco, portugués y guaraní.
Con 15 años, en 1932, cuando estalló la guerra entre Paraguay y Bolivia conocida como Guerra del Chaco, escapó con otros compañeros del Colegio San José, de curas donde estaba como pupilo, para vivir la aventura de la guerra y sirvió en ella como enfermero; esta experiencia sería plasmada en su novela Hijo de hombre, en donde hace un crudo retrato del conflicto bélico.
Comienzos de su carrera literaria (1932 - 1946)
Empezó a escribir teatro a la vez que trabajaba como administrativo de banca o como periodista para El País, diario de Asunción que le facilitó los primeros viajes a Europa, en particular a Inglaterra. En 1942 publica el libro de poemas El ruiseñor de la aurora; si bien seguiría escribiendo poesía a fines de la década, no volvería a publicar otro libro de este género hasta 1960, cuando ya instalado en Buenos Aires apareció El naranjal ardiente, su segundo y último poemario.
En 1944 formó parte del grupo «Vy'a Raity» («El nido de la alegría» en guaraní), decisivo para la renovación poética y artística de Paraguay en la década del 40, junto a autores como Josefina Plá y Hérib Campos Cervera. Durante la guerra civil, a través del periódico El País fue poniéndose poco a poco a favor de los oprimidos sin formar parte de ningún partido político
En 1945 pasó un año en Inglaterra invitado por el British Council y como corresponsal de guerra de El País; allí entrevistó al general De Gaulle; de allí pasó a Francia y asistió como periodista a los juicios de Núremberg en Alemania.
Los años de exilio: Argentina y Francia (1947 - 1995)
En 1947 tuvo que abandonar Asunción, amenazado por la represión que el gobierno desataba contra los derrotados en un intento de golpe de estado, y se estableció en Buenos Aires, Argentina empleándose en una compañía de seguros; allí publicó la mayor parte de su obra.
Aunque empezó publicando el libro de relatos El trueno entre las hojas en 1953, es con la publicación de Hijo de hombre (1960) que inaugura el período más importante de su obra. Ganadora del Premio Internacional de Novela de la editorial Losada en 1959, la novela tuvo un buen recibimiento de la crítica y representó el principio del reconocimiento de Roa Bastos como un referente de la literatura hispanoamericana. La novela se caracteriza por la introducción de novedosas técnicas narrativas (saltos temporales, tramas aparentemente inconexas) y el verídico retrato que hace de las poblaciones rurales de su país natal, rescatando las tradiciones y la lengua de sus habitantes, denunciando la opresión que padecen en manos de los dueños de los yerbales o de la clase gobernante.
En los años siguientes publicaría más colecciones de relatos (El baldío, Madera quemada, Los pies sobre el agua, Moriencia, Cuerpo presente) alternando con la escritura de guiones cinematográficos (El trueno entre las hojas, Hijo de hombre, Shunko, Alias Gardelito, El señor presidente, Don Segundo Sombra) trabajando con directores como Lucas Demare, Armando Bo y Lautaro Murua.
El reconocimiento internacional le llegaría en 1974 con la publicación de Yo el Supremo, una vasta y ambiciosa novela considerada una obra cumbre de la literatura en español. Producto de siete años de trabajo e investigaciones, es un complejo retrato de José Gaspar Rodríguez de Francia, Dictador Perpetuo que gobernó el Paraguay entre 1814 y 1840. A través de la voz monologante del Supremo, Roa Bastos hace tanto una reconstrucción del período histórico como una profunda y compleja reflexión sobre el poder y su ejercicio, incluso a través del mismo discurso (toda la novela está narrada desde la voz del dictador, las intervenciones de otros personajes no tienen rayas de diálogo ni signo alguno que marque diferencia, son "oídas" desde la perspectiva del Supremo). Luego del golpe de estado de 1976, la obra fue prohibida por el dictador Jorge Rafael Videla y Roa aprovechó una invitación de la Universidad de Toulouse para exiliarse en Francia. Residió en esa ciudad como profesor universitario de literatura latinoamericana y guaraní hasta 1996. Durante su estadía en Francia contrajo matrimonio con Iris Menéndez, francesa hija de españoles, con quien tuvo dos hijos.
En 1982 fue privado de la ciudadanía paraguaya después de un intento frustrado de retorno; se le concedería la española honoraria en 1983 y la francesa en 1987. A lo largo de su carrera, Roa Bastos recibió varios premios, destacando el premio del British Council (1948) el Premio Internacional de Novelas Editorial Losada (1959) el Premio de las Letras Memorial de América Latina (Brasil, 1988), el Premio Nacional de Literatura Paraguaya (1995) y distinciones de otros países como la condecoración José Martí del gobierno cubano en el año 2003 y el Premio Konex Mercosur 2004 a las Letras. Sin embargo, el galardón más importante de su carrera le llegó en 1989, cuando le fue otorgado el Premio Cervantes, el máximo galardón de las letras castellanas.
Retorno al Paraguay y últimos años (1996 - 2005)
Pese a que el dictador Alfredo Stroessner había sido derrocado en 1989, Roa Bastos no volvió a Paraguay hasta 1996. Desde su retorno y hasta sus últimos días escribió una columna de opinión en el diario Noticias de Asunción.
Durante la década de 1990 adaptó Yo el Supremo al teatro y publicó cuatro novelas más: Vigilia del Almirante (1992), El fiscal (1993), Contravida (1994) y Madame Sui(1996). Aunque ninguna de ellas alcanzó la trascendencia de sus dos primeras novelas, Roa Bastos consideraba que El fiscal cerraba una trilogía con aquellas otras. En1993 publica una nueva versión de Hijo de hombre.
En 2003 viajó a Cuba por motivos de salud y aprovechó para conocer el país. Durante su estadía las autoridades cubanas le otorgaron la medalla José Martí, ocasión en que Roa manifestó su apoyo a la revolución cubana.
Falleció el 26 de abril de 2005 a los 87 años. El gobierno decretó tres días de duelo nacional, durante los cuales el cuerpo del escritor fue velado en la Casa de la cultura del Cabildo de Asunción con honores de jefe de Estado. De acuerdo con su testamento, sus restos fueron cremados y sus cenizas depositadas en el panteón familiar del cementerio de La Recoleta, en la capital paraguaya.
Pensamientos Literarios.
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