Fue un poeta y dramaturgo inglés, uno de los más ilustres de la literatura universal, perteneciente al posromanticismo.
La mayor parte de su obra está inspirada en temas mitológicos y medievales, y se caracteriza por su musicalidad y la profundidad psicológica de sus retratos. Más tarde en su carrera realizó varios intentos de escribir dramas teatrales aunque con escaso o reducido éxito.
Obra literaria.
En marzo de 1827, Charles Tennyson y su hermano Alfred publican con J. & J. Jackson, libreros de Louth, una colección anónima dePoemas por dos hermanos. Ese "dos" se refería a Charles y Alfred (cuyas contribuciones predominaban), quienes compartieron los sorprendentes beneficios: 20 libras. La aportación de Charles al volumen había sido escrita entre los dieciséis y los diecisiete años, la de Alfred entre los quince y los diecisiete. El pequeño volumen es extrañamente decepcionante, principalmente porque Alfred se mostró temeroso de incluir en él aquellos esfuerzos juveniles en los que podría haberse percibido una promesa real de originalidad poética. Dichos ejemplos, que al parecer fueron rechazados por ser "demasiado fuera de lo común para el gusto del público", incluyen un fragmento dramático bastante notable, cuya escena se sitúa en España y que muestra un dominio igualmente asombroso de la métrica y de la musicalidad en los versos escritos "después de leer «La novia de Lammermoor»". El pequeño volumen impreso contiene principalmente versos imitativos, en los que el tono y el estilo están obviamente tomados de Byron, Moore y otros favoritos del momento.
En junio de 1829, Alfred Tennyson ganó la Medalla del Canciller por su poema titulado "Tombuctú". Con grandes imperfecciones, este trabajo en verso blanco miltoniano muestra el genio de un poeta, a pesar de una curiosa oscuridad tanto de pensamiento como de estilo. Su padre le había instado a concursar; y teniendo para ello un viejo poema sobre La batalla de Armagedón, lo adaptó al nuevo tema e impresionó tanto al jurado que, a pesar de la audaz innovación de su verso blanco, le fue otorgado el premio. Monckton Milnes y Arthur Hallam se encontraban entre los otros candidatos.5 Pero para entonces Tennyson estaba escribiendo composiciones aún más prometedoras, y, tal y como pronto percibiría Arthur Hallam, con un extraordinario fervor en el culto a la belleza. Los resultados de este entusiasmo y de esta labor artística aparecieron en el volumen de Poemas principalmente líricos, publicado en 1830. Se trataba de un pequeño libro de 150 páginas que publicó la editorial de Effingham Wilson en el Royal Exchange. El volumen contiene, entre otras piezas que el autor eventualmente no se cuidó en preservar, poemas ya familiares como "Claribel", la "Oda a la memoria", "Mariana en Moated Grange" (basado en una frase aislada de Medida por medida), los "Recuerdos de las mil y una noches", "El poeta nació en un clima dorado", "El cisne moribundo: endecha", la "Balada de Oriana" y "Un personaje". Si existe huella alguna de influencia inconsciente de algún maestro poético en dichos poemas, es la de Keats y Coleridge. Sin embargo, los amantes de la poesía contemporánea no se sintieron atraídos por el libro. Los poetas y pensadores del momento, no obstante, reconocieron de inmediato a un alma gemela. Este libro habría resultado asombroso como producción de un joven de veintiún años, aún cuando, desde la muerte de Byron seis años antes, no se había dado una singular escasez de buena poesía en Inglaterra. Al menos aquí, en el liviano volumen de 1830, estaba revelado un nuevo escritor, y en "Mariana", "El poeta", "El amor y la muerte" y "Oriana", un cantor de melodía maravillosa aunque aún impura. En general, no fue muy favorablemente recibido por los críticos. En América tuvo una popularidad mayor. El veterano S. T. Coleridge, elogiando la genialidad del libro, censuró la imperfección métrica del mismo. Por esta crítica se reprendería a sí mismo constantemente. No obstante, Coleridge era perfectamente justo en su observación; y la anarquía métrica de los "Madelines" y "Adelines" del volumen de 1830 mostraba que Tennyson, con toda su delicadeza de modulación, aún no había dominado el arte del verso.
El volumen Poemas de Alfred Tennyson apareció a finales del año 1832 (aunque datado en 1833). Comprende la obra poética de los años 1830-1833, transcurridos principalmente en Somersby: poemas aún reconocidos entre los más nobles e imaginativos de sus obra, aunque algunos de ellos fueron posteriormente revisados, y en algunos casos reconstruidos. Esta fue sin duda una de las más asombrosas revelaciones de genio completo jamás producidas por un hombre tan joven. Merecen ser destacados "La dama de Shalott", "El sueño de las mujeres bellas", "Enone", "Los lotófagos", "El palacio del arte" y "La hija del molinero", junto a un puñado de otros poemas líricos, deliciosos y sublimes. Se vendieron inmediatamente 300 copias del libro. El primer efecto de la muerte de Hallam sobre el arte de su amigo Tennyson fue la composición, en el verano de 1834, del poema Las dos voces, o reflexiones de un suicidio, también resultado inmediato de esta tragedia, que, tal como el poeta relatara posteriormente a su hijo, por un tiempo "borró toda alegría de su vida y le hizo anhelar la muerte". Es notable que cuando este poema fue publicado por vez primera en el segundo volumen de la edición de 1842, era el único de todos los poemas que adjuntaba la significativa fecha «1833». Al mismo período pertenecen los inicios de los Idilios del rey y de In Memoriam, ambos largamente meditados. El silencio que vendría después sería según unos el resultado de la conmoción por la pérdida de su mejor amigo; según otros se debió al desánimo ante el mal recibimiento que tuvieron sus dos volúmenes de poemas, publicados aquel mismo año.
Entre tanto, Tennyson continuó trabajando con formalidad y de manera constante en su arte. Se tiene constancia de que ya en 1835 tenía preparado mucho material inédito para un nuevo volumen, incluyendo "La muerte de Arturo", "The Day Dream" y "La hija del jardinero". En 1837, una invitación a contribuir a un volumen de carácter memorial, consistente en contribuciones voluntarias de los principales escritores de poesía del momento, dio oportunidad a Tennyson de legar al mundo ―que probablemente no hizo mucho caso― un poema que más tarde sería clasificado entre sus más perfectas creaciones líricas. El volumen, titulado El tributo y editado por Lord Northampton, era en beneficio de la familia de Edward Smedley, un literato muy respetado que estaba pasando una mala racha.
En 1842, la edición en dos volúmenes de sus Poemas rompió los diez años de silencio que se había impuesto a sí mismo mantener. En la nueva edición de Poemas, junto con muchas composiciones ya conocidas por todos los amantes de la poesía moderna, se encontraban ricas y abundantes adiciones a su obra. Además de la reedición de los principales poemas de los volúmenes de 1830 y 1833, muchos de ellos reescritos, el segundo volumen contenía material absolutamente nuevo, e incluía "Locksley Hall", "La muerte de Arturo", "Ulises", "Las dos voces", "Godiva", "Sir Galahad", "Visión del pecado", y poemas líricos tales como "Break, break, break" y "Gira hacia el este, Tierra feliz". La mayoría de aquellos estudios sobre la vida doméstica en Inglaterra, que formaban una sección tan sumamente popular de la obra de Tennyson, tales como "La hija del jardinero", "De camino al correo" y "El Lord de Burleigh", eran ahora publicados por vez primera. Es a partir de 1842 que debe datarse la fama universal de Tennyson; desde el momento de la publicación de esos dos volúmenes dejó de ser una curiosidad, o el favorito de una camarilla de adelantados, y ocupó su lugar como el principal poeta de su época en Inglaterra.
Hacia 1846, Poemas había alcanzado su cuarta edición, y ese mismo año su autor fue violentamente atacado por Bulwer-Lytton en su sátira El nuevo Timón: romance poético de Londres. En pocas líneas, Tennyson fue despachado como «Schoolmiss Alfred», y su demanda de una pensión fue groseramente impugnada. Tennyson replicó con unas cuantas estanzas de gran poder tituladas "El nuevo Timón y los poetas" y firmadas por «Alcibíades». Aparecieron en Punch (28 de febrero de 1846), después de haber sido remitidas a aquélla, según el hijo del poeta, por John Forster sin el conocimiento de su autor. Una semana después el poeta dejó constancia de su pesar y se retractó en dos estanzas tituladas "An Afterthought (Una reflexión tardía)". Aparecen en su selección de Poemas bajo el epígrafe «Disputas literarias», pero el poema previo no fue incluido en ninguna recopilación autorizada de sus obras.
La princesa se publicó en 1847, en una configuración posteriormente modificada y ampliada de forma considerable: inicialmente no incluía las seis canciones accesorias, que fueron añadidas por primera vez en la tercera edición (1850). El poema, puntualmente apreciado por poetas y pensadores, no parece, pese a alcanzar cinco ediciones en seis años, haber incrementado significativamente la popularidad de Tennyson. La princesa ha envejecido. Se la recuerda por algunas poesías líricas cinceladas y por la parodia de Gilbert titulada Princess Ida, la cual, sin embargo, va perdiendo terreno por la dificultad de tener presente el original. Sin embargo, este volumen sí incrementó materialmente su reputación: en las canciones que en esta obra se entremezclan, como "El declive del esplendor" o "Lágrimas, ociosas lágrimas", el autor alcanza el dominio completo de esta rama de su arte. Carlyle y FitzGerald perdieron "toda esperanza en él después de «La princesa»", o fingieron hacerlo. Era cierto que el rumbo de su genio resultó levemente alterado, en una dirección aparentemente menos pura y austera que la del arte más elevado; pero sus concesiones a los gustos del público incrementaron enormemente la amplitud del círculo al que se dirigía. Mas, por otra parte, estaba muy lejos de In Memoriam, que aparecería anónimamente en 1850.
Tras superar ciertos avatares, In Memoriam pudo publicarse, en su forma anónima original, en mayo de 1850. El público quedó inicialmente muy desconcertado por la naturaleza y el objeto de este poema, que no era más que una crónica de las emociones de Tennyson durante el duelo, ni siquiera una declaración de sus creencias filosóficas y religiosas, además de, como él siempre explicaría después, una especie de Divina Comedia que culmina con la felicidad del matrimonio de su hermana menor, Cecilia Lushington. De hecho, las grandes tachas de In Memoriam, su redundancia y el desorden de sus partes, eran en gran parte debidas al modo inconexo de su composición. In Memoriam no es ni un poema largo ni una colección de poesías líricas cortas, sino algo no del todo bien situado entre ambas cosas. El poema, escrito en estanzas de cuatro versos ―modalidad que el poeta creía haber inventado él mismo, pero que de hecho había sido utilizada mucho antes por Sir Philip Sidney, Ben Jonson y especialmente por Lord Herbert de Cherbury― había ido creciendo hasta su versión definitiva durante un período de diecisiete años tras la muerte de Arthur Hallam. Publicado sin nombre en la portada, nunca hubo lugar a dudas sobre su autoría. El público, a cuyas creencias y pesares más profundos y por tanto más comunes apelaba el poema, lo acogió de inmediato. Los críticos no fueron tan rápidos en su reconocimiento. A algunos de ellos el poema les parecía desesperadamente oscuro. El estamento religioso, por otra parte, se mostró perplejo e irritado por diferentes razones. Considerando que el poema era intensamente serio y espiritual en su pensamiento y propósito, y que sin embargo exhibía una antipatía por cualesquiera sentencias concretas relativas a la verdad religiosa comunes en aquella época, la facción de los teólogos lo denunció enconadamente. Para aquellos que, por otro lado, estaban familiarizados con las corrientes más profundas de la labor de investigación religiosa entre las mentes pensantes del momento, era evidente que el poema reflejaba en gran medida la influencia de Frederick Denison Maurice.
En 1851 produjo su fino soneto dedicado a Macready con motivo de la retirada del actor de los escenarios. Tras su regreso, en el verano de 1851, desde Italia a Twickenham, donde residían entonces (Chapel House, Montpelier Row), el poeta se mantuvo ocupado en diversos poemas de carácter nacional y patriótico ―"Britons, guard your own" y "Hands all round", publicados en The Examiner―, estimulado por la actitud ambigua de Luis Napoleón hacia Inglaterra. En 1852 apareció su noble Oda a la muerte del duque de Wellington. De inmediato se topó con una "depreciación casi unánime". El formato y la sustancia parecían poco convencionales. No hay duda de que este volumen fue posteriormente ampliado y ligeramente modificado a mejor, y a día de hoy sigue siendo uno de los poemas más admirados de Tennyson.
En 1854 publicó La carga de la brigada ligera, y estuvo ocupado componiendo Maud y los poemas líricos que lo acompañan. Su amigo y vecino en la isla de Wight, Sir John Simeon, le había sugerido que los versos compuestos para El tributo a Lord Northampton de 1837 resultaban, en esa forma aislada, ininteligibles, y podría convenir que fuesen precedidos y seguidos por otros versos de modo que contaran una historia en un formato de tipo dramático. La sugerencia fue tenida en cuenta, y la obra progresó a lo largo de ese año y estaría terminada a comienzos de 1855. En diciembre de 1854, leyó en The Times la noticia de la desastrosa carga de la Brigada ligera en Balaclava, y escribió de una sentada, basándose en la descripción del corresponsal del Times, sus memorables versos, en los que incluyó la expresión "alguien se había equivocado". El poema fue publicado en The Examiner el 9 de diciembre. Los numerosos planos de composición que vemos en In Memoriam se reducen a uno en Maud, donde Tennyson trata más convenientemente la tragedia en relación con un personaje imaginario. Maud apareció en el otoño de 1855. Su recepción por los críticos, sin embargo, fue la peor prueba para su ecuanimidad que Tennyson había tenido que soportar. En Maud había sobrepasado muy por encima su habitual serenidad de estilo, alcanzando un éxtasis de pasión y unas audacias expresivas que resultaron apenas inteligibles a sus lectores, y que ciertamente no fueron bienvenidos. En consecuencia, la publicación de Maudsupuso un retroceso perceptible en su creciente popularidad. El poema, un monólogo dramático en sucesivas canciones, fue recibido por la mayoría de los críticos y por el público en general, incluso entre sus hasta entonces fervientes admiradores, con una violenta oposición y hasta con escarnio. Había muchas razones para ello. Era la primera vez que Tennyson había contado una historia dramáticamente; y al ser narrado el asunto en primera persona, un gran número de lectores atribuyó al propio poeta los sentimientos del narrador ―una persona fuera de sus cabales (como Hamlet) por sus propios errores y por un amargo sentimiento causado por las encarnizadas maldades de la sociedad, en este caso (siendo la época de la guerra de Crimea) "las heridas de un mundo en calma y una paz duradera"―. La repulsa de este modo experimentada por el poeta se deja sentir de modo penetrante. El pequeño volumen contenía, además de la Oda a la muerte del duque de Wellington, "La margarita", las estanzas dirigidas al reverendo F. D. Maurice, "The Brook: An Idyll" y La carga de la brigada ligera. Este último poema estaba en una segunda edición remozada con arreglo a su formato original y muy superior, incluyendo el verso "alguien se había equivocado", que había sido imprudentemente omitido a petición de amigos timoratos o fastidiosos.
Sin desanimarse por las críticas adversas, Tennyson continuó trabajando en aquellos poemas artúricos, cuya idea no le había dejado conciliar el sueño durante el proceso de otras obras. "Enid" estaba listo en el otoño de 1856, y "Ginebra" quedaría completado a principios de 1858. En 1857 dos poemas artúricos habían sido impresos a título privado y a modo de tentativa, bajo el título Enid y Nimue, o lo verdadero y lo falso, para tantear cómo sería apreciado el formato idílico por el círculo íntimo de amigos de Tennyson. También en 1858 escribió el primero de esos poemas lírico-dramáticos individuales monologados por los cuales su popularidad se iba a incrementar enormemente. "The Grandmother (La abuela)" aparecería en Once A Week, con una hermosa ilustración de Millais, en julio de 1859. El fiasco de Maud sería compensado con creces gracias al entusiasmo con que habría de ser recibida su siguiente obra en el momento de su publicación: el público estaba totalmente preparado y lleno de curiosidad por conocer el nuevo tratamiento por parte de Tennyson de las leyendas artúricas y, en el verano de 1859, la primera serie de Idilios del rey vio al fin la luz, y alcanzó un éxito popular superior al experimentado antes por cualquiera de los poetas ingleses, salvo quizás Byron y Scott. Poemas líricos tales como "Sir Galahad" y "La dama de Shalott" habían mostrado hasta qué punto el poeta había leído y reflexionado sobre el tema. Al mismo tiempo, poemas como "Elaine" y "Ginebra" hicieron en seguida las delicias de los más exquisitos, y de los que no lo eran tanto. Hombres tan diferentes como Jowett, Macaulay, Dickens, Ruskin y Walter (de The Times) nutrieron el coro de elogios entusiastas. El duque de Argyll había predicho que los Idilios serían "comprendidos y admirados por muchos de los que eran incapaces de comprender y apreciar muchas de sus restantes obras", y la predicción se cumplió. Un mes después de su publicación, habían sido vendidos 10.000 ejemplares. Los Idilios eran cuatro: "Enid", "Vivien" (antes "Nimue"), "Elaine" y "Ginebra". Consistían en episodios de la epopeya de la caída del rey Arturo y la Mesa Redonda que Tennyson tanto tiempo estuvo preparando, y de los que apenas podía decir que llegara a concluir, aunque casi treinta años más tarde los daría por terminados. Los cuatro Idilios eran parte de un gran poema histórico o místico, y fueron bienvenidos como cuatro esmerados estudios de mujeres prototípicas. El público y los críticos por igual se sintieron extasiados con la "dulzura" y la "pureza" de tratamiento. Unos pocos, como Ruskin, dudaron acerca de "esa mayor tranquilidad del estilo"; uno o dos llegaron a sospechar que la "dulzura" fue obtenida con un cierto sacrificio de la fuerza, y que la "pureza" implicaba una concesión a los convencionalismos victorianos. Desde la publicación de los primeros Idilios hasta el final de la vida del poeta su fama y su popularidad siguieron imparables.
Entretanto, el corazón y los pensamientos de Tennyson estaban, como siempre, con los intereses y el honor de su país, y los versos de "Fusileros, ¡formación!", publicados enThe Times (mayo de 1859), tuvieron su origen en la última acción de Luis Napoleón, y en los nuevos peligros y complicaciones para Europa que surgieron de aquélla. Una canción para la Marina ("Jack Tar"), impresa por vez primera en las Memorias del poeta escritas por su hijo, fue compuesta bajo las mismas influencias. Instado por el duque de Argyll, Tennyson volvió su atención sobre el tema del Santo Grial, aunque avanzaba en ello de manera irregular y lentamente. La historia de "Sea Dreams", mezcla narrativa-dramática, cuyo villano refleja ciertas experiencias desastrosas del propio poeta, fue publicada en el Macmillan's Magazine en 1860. Con motivo de su segundo viaje a los Pirineos (1861), escribió el poema lírico "A lo largo del valle", en recuerdo de su visita a aquel lugar treinta años antes con Arthur Hallam. Posteriormente compuso "La torre de Helen" y la "Dedicatoria" de los Idilios al príncipe consorte ("This to his Memory"). Había dejado de lado temporalmente las leyendas artúricas, y se entregó a la composición, en 1862, de Enoch Arden, (o El pescador, como lo tituló en un principio). que, sin embargo, no aparecería hasta 1864 en un volumen que también contenía "Sea Dreams", "Aylmer's Field" y, sobre todo, "El granjero del norte". Éste iba a ser el primero de una serie de poemas en el dialecto de North Lincolnshire. En 1863"Aylmer's Field" estaba terminado, y el laureado escribió su "Bienvenida a Alejandra" con ocasión del matrimonio del príncipe de Gales. Idilios del hogar (Londres, 1864), el volumen de Enoch Arden, fue un éxito inmediato, con 60.000 copias vendidas rápidamente. Contenía, además de los títulos anteriormente mencionados, "Titono" (ya impreso en el Cornhill Magazine) y "La abuela". El volumen (principalmente quizás gracias a "Enoch Arden", una leyenda ya común en diversas formas para la mayoría de los países europeos) se convirtió, a juicio de su hijo, en la más popular de todas las obras de Tennyson, con la única excepción de In Memoriam. Traducciones al danés, alemán, latín, neerlandés, italiano, francés, húngaro y checo atestiguan su amplia reputación. En 1865 se publicó en Londres una Selección de las obras de Alfred Tennyson, Doctor en Derecho Civil, poeta laureado, con seis poemas nuevos. Es esta la época de dos de sus raros panfletos impresos a título privado: La ventana (1867) y La víctima (1868). El noble poema Lucrecio, una de las más grandes monografías en verso de Tennyson, apareció en mayo de 1868, y en este año quedó por fin terminadoEl Santo Grial; fue publicado en 1869, junto con otros tres Idilios pertenecientes a la épica artúrica y varios poemas líricos misceláneos, además de Lucrecio. La recepción de este volumen fue cordial, pero no tan universalmente respetuosa como Tennyson había llegado a esperar de su adorado público. Continuó con absoluta calma, sin embargo, seguro de su misión y de su música. El último torneo fue publicado en la Contemporary Review en . Su siguiente volumen, Gareth y Lynette (1872), dio continuidad y, como él mismo supuso entonces, culminó los Idilios del rey, para gran satisfacción del poeta, que había encontrado muchas dificultades en el acabado de las últimas secciones del poema. No estaba el ciclo poético aún terminado, tal como él consideraba, pero por el momento lo desterró de su mente.
Considerando que su trabajo con las epopeyas románticas artúricas estaba concluido, Tennyson centró su atención en una rama poética que le había atraído desde siempre, pero que nunca había intentado en serio: el drama. Se propuso un esquema ―del que no se puede decir que llevara muy lejos―, el de ilustrar "la formación de Inglaterra" a través de una serie de grandes tragedias históricas. Su Queen Mary, la primera de estas obras-crónicas, fue publicada en 1875 y llevada a escena por Sir Henry Irving en el Lyceum en 1876. A pesar de que estaba plena de admirable escritura dramática, teatralmente no fue bien compuesta, y fracasó en el escenario. Queen Mary era un drama en verso blanco cuidadosamente construido sobre el modelo de Shakespeare. Este nuevo punto de partida no fue en general bien recibido por el público, pues es bien cierto que cualquier imitación de los dramas poéticos isabelinos resulta necesariamente algo exótico. Por otra parte, Tennyson nunca había estado en estrecho contacto con el teatro. Solía bromear observando que "los críticos hoy en día son tan exigentes que no esperan solamente de un poeta-dramaturgo que sea un autor de primer nivel, sino un director, un actor y un espectador de primer nivel, todo en uno". Hay un elemento de verdad en esta broma. Fue justamente debido a que Shakespeare había abarcado todas las facetas antes mencionadas que sus obras poseen la cualidad especial de la que adolece el drama puramente literario. Extremadamente pertinaz en este sentido, el poeta siguió intentando su asalto al teatro, intento sobre intento, prácticamente todos fallidos hasta el séptimo y último, que por desgracia fue póstumo. Obtener realmente éxito en los escenarios habría dado a Tennyson más satisfacción que cualquier otra cosa, pero no le fue dado vivir lo suficiente para ver esta flor agregada también a la gruesa corona de su gloria. Entretanto Harold, una tragedia de fatalidad, se publicó en 1876; pero, pese a ser tal vez el mejor de los dramas de su autor, nunca se representó.
Durante estos años, sus escasos poemas líricos fueron enérgicas baladas de aventuras, inspiradas por un patriotismo exaltado ―La venganza (1878), La defensa de Lucknow(1879)―, pero reimprimió y finalmente publicó su viejo poema inédito El cuento del amante, y una pequeña obra suya, El halcón, adaptación en verso de Boccaccio, fue producida por los Kendal en su teatro a finales de 1879. Fanny Kemble la definió acertadamente como "un pequeño poema exquisito en la acción"; y , a pesar de que su trama es peligrosamente grotesca como objeto de tratamiento dramático, producida e interpretada por los Kendal resultaba indudablemente encantadora. La obra sería publicada por vez primera (en el mismo volumen junto con The Cup) en 1884. Tennyson había alcanzado la barrera de los setenta años, y tácitamente se dio por sentado que se retiraría a un reposo digno. A decir verdad, inicia entonces un nuevo período de actividad poética. En 1880 publicó la primera de seis importantes colecciones de poemas líricos, titulada Baladas y otros poemas, y que contiene el sombrío y magnífico "Rizpah". Tennyson contaba entonces setenta y un años de edad, pero estos poemas incrementaron significativamente su reputación, por la amplitud y variedad de los temas y su extraordinario tratamiento. Muchos de ellos estaban basados en anécdotas escuchadas en la juventud del poeta, o leídas en periódicos y revistas, y referidas a él por amigos. The Cup (1881) y The Promise of May (1882), dos pequeñas obras de teatro, fueron producidas sin sustancial éxito en teatros de Londres: la segunda de ellas es tal vez la menos exitosa de todos los escritos más extensos del poeta, pero su fracaso le irritó en exceso.
En el otoño de 1884 se publicó su tragedia Becket, pero el poeta al fin desistió del teatro, y renunció a toda esperanza de "satisfacer las exigencias de nuestro teatro moderno". Curiosamente, tras la muerte del autor Becket fue, de entre todas sus obras, una de las que gozaron de mayor éxito sobre las tablas. En 1885 se publicó otra interesante miscelánea, Tiresias y otros poemas, con una dedicatoria póstuma a Edward FitzGerald. Cabe señalar que en este volumen fueron completados al fin los Idilios del rey con la publicación de Balin y Balan; contenía además el soberbio discurso "A Virgilio", el noble poema "The Ancient Sage", y el poema en dialecto irlandés "To-morrow". El incansable viejo poeta escribía constantemente, y para 1886 tenía lista otra colección de poemas líricos, Locksley Hall, sesenta años después; su vista le fallaba, pero su memoria y su curiosidad intelectual eran tan vivaces como siempre. En el transcurso de 1887 preparaba otro libro de poemas, escribía "Vastness (Inmensidad)" (publicado en marzo en el Macmillan's Magazine) y "Old Roä", otro poema de Lincolnshire, basado en una historia que había leído en un periódico. Tenía más de ochenta años cuando publicó la colección de nuevos versos titulada Deméter y otros poemas (1889), que apareció casi simultáneamente a la muerte de Browning, un suceso que dejó de facto a Tennyson como figura única en la literatura poética. El citado volumen contenía, entre otros breves poemas, "Merlín y el rayo", una alegoría que ensombrece el rumbo de su carrera poética, y el memorable "Crossing the Bar", escrito un día mientras cruzaba el Solent en su viaje anual de Aldworth a Farringford. En 1891 completó para el productor estadounidense Daly un viejo e inédito drama sobre el tema de Robin Hood: The Foresters: Robin Hood y la doncella Marian, fue estrenado en Nueva York en marzo de 1892, con Ada Rehan como Lady Marian, y reestrenado en el Daly's Theatre de Londres en octubre de 1893. Durante ese año (1891), Tennyson se dedicó sin descanso a la composición poética, terminando "El sueño de Akbar", "Kapiolani" y otros contenidos del volumen póstumo titulado La muerte de Enone (1892). En 1892, el último año de su vida, escribió sus Versos en la muerte del duque de Clarence. Tras su muerte, en 1894 se publicó en Londres una edición de sus Obras completas en un solo volumen, con las últimas modificaciones.
La poesía de Tennyson se caracteriza por una amplia perspectiva; por su intensa simpatía con los sentimientos y las aspiraciones de la humanidad; por su profunda comprensión de los problemas de la vida y el pensamiento; por un noble patriotismo que encuentra su expresión en poemas tales como La venganza, La carga de la brigada ligera o la Oda a la muerte del duque de Wellington; por su exquisito sentido de la belleza; por su maravilloso poder de descripción vívida y minuciosa, logrado en ocasiones por medio de una sola y afortunada frase y a menudo reforzado por la perfecta correspondencia entre sentido y sonido; y por una grandiosidad y una pureza de tono generales. Ningún poeta lo ha superado en precisión y delicadeza del lenguaje y en integridad de la expresión. Como poeta lírico no tiene, tal vez, quien le aventaje, y únicamente dos o tres le igualan en la poesía inglesa, e incluso poseía una cuota no menor de humor, como demuestra en "El granjero del norte" y otras composiciones. Cuando se tienen en consideración el volumen, la variedad, el acabado y la duración de su obra, así como la influencia que ejerció en su época, se le debe asignar un lugar único entre los poetas de su país.
Edward Fitzgerald, ese genio brillante aunque veleidoso, persistió en sostener que Tennyson nunca llegó a aportar nada más a la reputación obtenida por los dos volúmenes de 1842; y esto podría ser cierto hasta cierto punto, pues si hubiera muerto o dejado de escribir en aquella fecha aún sería calificado, entre todos los buenos críticos, como un poeta de una singularidad absoluta, el de más raro encanto y más amplio rango intelectual e imaginativo, y de una felicidad y melodía en el lenguaje inigualadas. En todo aquello que constituye a un artista lírico consumado, Tennyson difícilmente pudo dar más pruebas de su calidad. Pero nunca habría llegado a la enorme audiencia que reunió a su alrededor de no haber sido por In Memoriam, los Idilios artúricos (sobre todo la primera entrega) y las numerosas y conmovedoras odas y baladas que conmemoran la grandeza de Inglaterra y las proezas y lealtades de sus vástagos. Son esa cualidad polifacética y esa magnanimidad, la intensidad con que Tennyson se identificó con las necesidades y los intereses de su país, con sus alegrías y sus penas, lo que, tanto como su genio puramente poético, hizo que fuera querido y popular para un público más amplio del que quizás haya gozado cualquier poeta de su siglo.
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