“Quien dice que Dark es una serie que trata sobre viajar en el tiempo, se equivoca.”
Quien dice que Dark es una serie que trata sobre viajar en el tiempo, se equivoca. Porque si bien, la serie se va
articulando a propósito de viajes en el tiempo, la reflexión subyacente es una crítica
a las pretensiones (y obsesiones) cientificistas que por conseguir sus
objetivos, han dejado de salvaguardar lo más importante como es el ser humano
mismo.
La historia podríamos resumirla así: En
una base nuclear, se ha descubierto la forma de viajar a través del tiempo y en
su experimentación, perdieron el control de la misma y la resolución implica
cobrar vidas inocentes repartidas en tres generaciones.
Si bien, la historia parece una más de
tantas de viajes a través del tiempo, el producto final es más complejo porque busca
una reflexión más acuciante sobre entender la naturaleza humana en vías de una
convivencia mejor.
¿Por qué algo tan trivial se puede
convertir en algo más profundo? Mi intuición me conduce a una sola hipótesis:
La serie es alemana.
Y esto aunque no parezca relevante, sí
lo es. Al ser alemana, la serie también se inserta en esa sólida tradición
cinematográfica que tiende a ser más reflexiva que emotiva. Tiene un ritmo más
pausado que acelerado.
Dark, por lo tanto, es una serie que en
todo momento va cuestionando, por un lado, la identidad y otro lado, muy de
cerca, sobre el destino. «¿Quiénes somos?», «¿de dónde venimos?», «¿hacia dónde
vamos?» son preguntas que más allá de la historia, comienzan a pulular entre
nosotros de manera sutil. La serie comienza con el suicidio de un padre y un
hijo (Jonas) que intenta sobreponerse
de ello.
A partir de ahí, el tiempo comienza a
jugar un rol reflexivo y protagónico. Comenzamos a darnos cuenta que la vida
está muy lejos de poder ser controlada, que el sentido último de las cosas
escapa a nuestro entendimiento. Que mientras que Jonás y el Extraño buscan
exhaustivamente comprenderlo todo con esa pretensión positivista, la enfermera Inés le dice a los dos en definitiva:
«Las cosas ocurren por una razón. ¿Quiénes somos para jugar a ser Dios?». Y si
bien nada es casual, no todo nos es develado, porque en el fondo, el ser
humano, mejor dicho, la vida, la realidad como queramos mejor nombrarla, tiene
un aspecto misterioso que no es posible comprenderla del todo. Es en esta
instancia donde solo queda la fe: creer o
reventar. O aceptamos eso que no elegimos pero hace nuestra vida (nuestros
padres, nuestro país, nuestro era) o cargamos con esa negación y frustramos la
posibilidad de ser uno mismo.
Dark nos ha demostrado que así tengamos el
control del tiempo, el hombre siempre tiene un recurso más poderoso que
boicotea todo determinismo y este es su libertad, entendida como los medievales
lo hacían: «Capacidad de autodeterminarse».
Por otro lado, desde el punto de vista
estructural de la serie, todo está muy sistemáticamente dispuesto y organizado.
Bien del talante no improvisador del espíritu alemán. Por ejemplo, un personaje
como el científico H.G. Tannhaus es
el que lleva la voz reflexiva de la serie. Literalmente, la voz, la voz en off, que a manera de conclusión, va
cerrando todos los capítulos acerca de la fascinación que tiene el hombre sobre
el control del tiempo e implícitamente, de su vida.
Por otro lado, los títulos de los
capítulos nos van orientando la crítica moral que plantea la serie: Secretos, Dobles vidas, Mentiras, Sic mundus
creatus est, Cosechas lo que siembras, Todo es ahora, etc. Son como
pequeñas sentencias para el espectador.
Finalmente, Dark es una serie que tiene buenos aciertos en cuento a producción
y han trascendido el lugar común de la máquina
del tiempo para convertirlo en un espacio de reflexión existencial. Tiene
quizás algunos problemas de verosimilitud pero sería largo e irrelevante
mencionarlos. El final deja abierto a una segunda temporada, pero sinceramente
temo que se convierta en una ficción distópica que no tenga mucho más para
decir. Creo que si una lección clara nos deja esta serie es la no jugar con el
tiempo porque las consecuencias pueden ser fatales. Ya decía Salomón, miles
años antes de esta seductora fantasía de viajar por el tiempo: «Hay un momento
para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol, un tiempo para nacer y un
tiempo para morir.» Sí, para morir también.
Mi blog: Cine consentido
cineconsentido983195056.wordpress.com
No hay comentarios. :
Publicar un comentario