“Realmente, es sorprendente que venimos casi dos siglos denunciando esta celeridad de la vida moderna y todo sigue casi igual.”
Estamos
ante una película digna de elogiar y no necesariamente por su banda sonora o
una fotografía bien cuidada, en fin, aspectos técnicos que están muy bien
logrados. No, no sólo estas cosas son dignas de elogiar.
A Star is born es una película que
trasciende la historia inmediata que todos sabemos para aventurarse a ser un
mensaje en la botella naufragando en este mar caótico que es el mundo. Un
mensaje nacido de un artista que le conduele todo su entorno y no sabe qué
hacer para remediarlo.
Jackson
Maine (Bradley Cooper) puede ser cualquier muchacho como nosotros que viene intentando llenar ese vacío en una vida
llena de tropiezos porque nadie le enseñó a caminar y menos a encontrar su
camino.
Sin
embargo, en esa selva oscura como
diría Dante, extraviado y cansado, descubre a Ally (Lady Gaga), que le mostrará
acaso el lado luminoso de la vida. Un
contrapunto que sin ser ella, la virtud encarnada, al menos es suficiente para
seguir en pie.
Una
cosa notable es la denuncia a este mundo que se hace en la película sin
necesidad de retratarlo, siempre fuera de
campo. Cooper ha evitado explicitar los excesos y toda esa parafernalia
propia del rock y del mundo en general. Pero cómo nos golpea sus agudas
interpelaciones a través de sus canciones: Dime,
chica, ¿eres feliz en este mundo moderno?/ O ¿necesitas más?/ ¿Hay algo más que
estás buscando? (…) Dime, chico, ¿no estás cansado de intentar llenar ese
vacío? / O ¿necesitas más? / Es difícil mantener que todo siga tan intenso…
Con ese
último verso, nos podemos deslizar hasta Neil Young cuando dice: «it's better to burn out than to fade away»
(Hey, hey, my, my). Y es que el mundo
ha saturado nuestra sensibilidad y necesitamos estar a tope para poder
reaccionar. Es la lógica del éxtasis-disco,
que en el trasfondo de ese acto, está esa vida vacía, esa infelicidad
en el mundo moderno que nos habla Cooper en sus letras. Estamos embotados
de activismo y perdemos, conforme vivimos, la capacidad de asombro. Buscamos el
impacto, el choque, la luces de neón, ícono perfecto de una ciudad que ha
perdido su luz natural. Necesitamos más.
«En el
principio era la Acción» dice el Fausto de
Goethe. Hoy, esto parece regir la vida humana. Es la primacía del hacer antes que el ser. No hay lugar para la contemplación ni los momentos reflexivos.
Corremos como el obrero de Tiempos
Modernos de Chaplin y no hay oportunidad de parar. Realmente, es
sorprendente que venimos casi dos siglos denunciando esta celeridad de la vida
moderna y todo sigue casi igual. Porque inclusive estas modas de la meditación yoga, pensamiento positivo, la Metafísica de Connie Méndez, etc. quedan insertas en esta vorágine de la primacía
de la acción que tiene su respaldo financiero en el consumismo.
A Star is born es un mensaje para las
generaciones actuales y venideras. Y si queda una acción recomendable, tal vez,
sea el de sacarnos esas capas de maquillaje que impiden vernos tal cual somos,
como hizo Bradley Cooper con Lady Gaga. A propósito de ello, Lady Gaga ha
comentado que quitarse el maquillaje fue una de las cosas que más le costó al
hacer la película. Interesante comentario porque, metáfora o no, es una
realidad que lo exterior está sobrevalorado y lo interior vale en función de lo
exterior, es decir, en función de la imagen que proyectas a los demás.
Finalmente,
mi recomendación es que vean el film con detenimiento y sin apuros. Las actuaciones
de Bradley Cooper y Lady Gaga tienen el gran acierto de trasmitir algo genuino,
que les salió del alma. Ellos descarnadamente han dejado todo en el celuloide y
si un sentido tiene su historia, es porque su sacrificio nos reanima, y es que «gracias
a aquellos sin esperanza, nos es dada la esperanza» dijo Walter Benjamin antes
de suicidarse.
cineconsentido983195056.wordpress.com
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