“En el amor, no hay miedo.”
Atypical es una serie cómica de Netflix que va en su segunda temporada y
es la historia de un chico de 18 años con problemas de trastorno del espectro autista que considera que está en edad
óptima para asumir una relación amorosa.
Eso será el esqueleto de una trama más
compleja que develará, superficialmente, el arduo camino que significa
acompañar a una persona con problemas de sociabilización, pero más
profundamente, las contradicciones del mundo normal.
La sola presencia de Sam Gardner (Keir
Gilchrist) pone bajo sospecha el sentido de las cosas que diariamente asumimos
sin cuestionarnos. Hechos y actos que calificamos como normales pero no los son
tanto a la mirada inquisidora e ingenua de Sam.
Aquí ya podemos encontrar un primer
mérito de la serie, a saber, esa capacidad especular de mostrar nuestras
propias actitudes y reflexionar sobre ellas.
Porque esta serie no es sobre autistas
y cómo tenemos que ser tolerantes con ellos. No, Atypical es un intento de sincerar nuestras intenciones más íntimas
y ver cómo nos hacemos cargo de ellas.
Otro mérito de la serie es convertir la
obsesión de Sam por los pingüinos y la Antártida en una reflexión sabia sobre
la naturaleza humana pero sin pretensiones grandilocuentes ni moralinas
explícitas.
Pasando ya a los méritos individuales,
Robia Rashid, la creadora, no es una improvisada ni neófita en el asunto
audiovisual, ha sido productora y guionista de exitosas series como ¿Cómo conocí a tu madre? (How I met your
mother?), The Goldbergs, Will & Grace, etc. y para esta serie,
contrató a Michelle Dean, una especialista en autismo que ha trabajado en el
Centro para la investigación y tratamiento del autismo de la UCLA. Este dato es
importante saberlo porque una vez más, Rashid no está improvisando sino que ha
querido retratar el autismo en su justa medida y a partir de ahí, crear una
comedia que funciona muy bien por donde lo mires.
Keir Gilchrist (It's Kind of a Funny Story -2010) es el protagonista de la serie y
lo hace muy bien. Gilchrist ha comentado en entrevistas que la creadora de la
serie, lo incentivó mucho que estudie sobre el autismo antes y durante la
grabación de la serie, y eso se ve en la manufactura de su actuación:
convincente, empático y verosímil.
Jennifer Jason Leigh, la madre de Sam,
es una actriz afincada en el cine independiente y siempre una profesional tenaz
que hace mucho trabajo de campo e investigación para crear sus personajes. Ella
no sólo es parte del elenco sino la productora general de la serie. Es muy
interesante la reflexión que, como evolución de su personaje, se hace sobre su
actitud sobreprotectora de madre.
Ahondar en todos los personajes sería
muy largo, pero creo que si la serie funciona es por el compromiso que han
puesto todos en investigar sobre el autismo, y así no caer la caricaturización
del síndrome y la superficialidad de la serie. Qué importante es profundizar en
los personajes antes de hacerlos hablar, y es que si la construcción está bien
hecha, ellos hablarán sin necesidad que les digan, ellos te dictarán la
historia. Así es como funciona el buen cine, la buena narración audiovisual. Atypical es un ejemplo simple de esto y cala
profundo en el espectador. Hace entender que en este mundo variopinto calificar
de atípico o típico, normal o anormal, a una persona, tendría que ser un acto
más cercano a la misericordia que al miedo que genera la discriminación y el
odio porque como decía ya hace miles años, el Discípulo Amado: «En el amor, no
hay miedo».
Mi blog: Cine consentido
cineconsentido983195056.wordpress.com
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