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#833 | Fealdad. | #respuesta - Pablo Alvarez Imaz


¿Qué es la fealdad?

#respuesta - Pablo Alvarez Imaz

Dentro del auge e impunidad que ostentan los felinos hoy en día, se encuentra la raza “Sphynx” (Esfinge), gatitos que son tan feos que son lindos. ¿Cómo puede algo ser feo y lindo a la vez? Estamos ante una situación de niveles de lenguaje. Empecemos por el principio. 
La fealdad es la cualidad principal de los feos. Feo es lo que, simplemente, no nos gusta. Ya lo supo expresar, en términos griegos, Protágoras, para quien la fealdad está en el ojo del espectador. Claro, a mí no me gusta el helado de menta, pero solo puedo comprender que a otros sí les guste. Tampoco me gustan los gatos, aunque los Sphynx sean tan lindos. En un primer sentido, entonces, la fealdad está conectada con la percepción, con los sentidos. Algunos dicen que nuestra percepción de belleza y de fealdad tiene un fundamento en nuestra genética, o en nuestro sentido de supervivencia, como si algo dentro nuestro supiese que una pareja de tal o cual manera dará mejores hijos, y quizás tengan razón, pero en un principio, es bastante lógico aceptar que sobre gustos no hay nada escrito y que comer helado con papas fritas no es feo y que el Obelisco no es feo, ni tampoco la torre Eiffel, y ni hablar de la Biblioteca Nacional de la Ciudad de Buenos Aires. 
Quizás más bien, sin exclusión de lo anterior, haya alguna relación de nuestra percepción y la estructura del objeto que miramos que nos hace pensar que este es la manifestación de la fealdad en sus distintos grados. Es un acto más bien individual: disposiciones perceptivas, memorias, experiencias y aspiraciones confluyen en nuestro juicio estético. 

Vamos a dejar de lado la pregunta de si porque algo no nos gusta es que es feo o si porque es feo es que no nos gusta, con sus necesarias implicaciones en la formación gustos sociales que tanto mal le hacen a los que no entran dentro del código estético meramente aceptado en “x” grupo social. Propongo pasar a la segunda acepción de fealdad que nos regala la RAE, y que me parece mucho más interesante. La fealdad moral, los feos morales. 
Estéticamente, podemos acostumbrarnos a los feos, pero: ¿moralmente? No se es feo eternamente, pero sí se puede ser feo para siempre. Más allá de la inflexible condenatoria social que no admite perdón ni reconciliación (pienso en los “escraches”), hay actos de los cuales prácticamente todos estamos más o menos de acuerdo con que están mal, no nos gustan, y son feos. Para no ir a un extremo: ensuciar la calle. Más allá de que muchos inadaptados lo hagan, supongo que todos vamos a estar de acuerdo en que está mal. Es un acto que nos hace moralmente feos. 
Hay acciones que pueden hacer a uno tremendamente feo, como lo sería una violación o un asesinato a sangre fría. Como todo en la vida, hay grados de fealdad. Hay errores que son más feos que otros. Y si sobre la fealdad estética tenemos cierto control -aunque generalmente el posible arreglo no es más que un maquillaje- sobre la fealdad moral tenemos un gran control. Al ser responsables de nuestros actos (al menos, los mayores de edad), nos daremos a nosotros mismos belleza moral cuando hagamos el bien, y nos daremos a nosotros mismos fealdad moral cuando hagamos el mal, y eso será lo que otros podrán reconocer en nosotros. Quedan muchísimas preguntas sobre qué es lo que está bien y lo que está mal, en gusto y en moral. Sin embargo, para responder algo como eso, primero hay que preguntárnoslo .
De lo que no quedarán dudas es que por más feo que sea ese gatito esfinge, darle un buen hogar nos hará invariablemente seres humanos un poco más bello.

Mini bio - Pablo Alvarez Imaz: Es egresado de la carrera de Filosofía y se dedica a difundirla tanto en ámbitos académicos como informales. Ha ejercido en universidades, terciarios, escuelas, parques, cafés, aviones y, últimamente, en barcos. Está preparando su doctorado centrado en cuestiones éticas, cuestiones que todo estudioso de la Filosofía desearía que fuesen populares. 

Directora y editora de la sección.
Lorena Mangieri. Es poeta y escritora. Varios de sus textos y pensamientos están volcados en su blog Juntando Hormigas. Participa activamente en cursos de escritura creativa y talleres de lectura. Ha participado con sus textos en varios eventos artísticos en la Ciudad de Buenos Aires. En el año 2004 se recibió de profesora de Filosofía. Es correctora internacional de textos en Lengua Española y en la actualidad trabaja en varios proyectos editoriales. loremangi@gmail.com


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