"Premiamos excelencia teatral o coraje por expresar temas controversiales."
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Éste domingo
pasado, fue la 69va entrega de los Tony Awards, el premio otorgado a lo mejor
de la escena teatral en Broadway. El éxito de la noche y el musical más premiado fue “Fun Home” con cinco
estatuillas, entre ellas, Mejor Musical. Este espectáculo tiene como
protagonista a una mujer, revindicando el movimiento feminista que está
surgiendo alrededor del mundo. La misma, es lesbiana. En la obra, ella comienza
describiendo su niñez con un padre ocultamente homosexual que tiene tendencias
pedófilas; su propia declaración homosexual y como ésta deriva en el posible
suicidio de su padre. Una obra con temáticas profundas y potentes como la
sexualidad, el suicidio, y qué rol cumplen éstas dentro de una familia. Una
pieza teatral que enfrenta la homosexualidad desde un punto de vista interno y
representada de manera novedosa para el teatro norteamericano comercial, en
definitiva, una obra digna de un Tony.
Ahora bien, ¿las estatuillas obtenidas fueron una
premiación o una declaración política? En un mundo dónde todo tiene un
subtexto, nos encontramos frente a la disyuntiva si premiamos excelencia teatral
o coraje por expresar temas controversiales. En mi opinión, más allá del valor
teatral que la obra posee, considero que poder hablar abiertamente de temas tan
callados en el pasado, es un don. Un don digno de premiación. Hace pocos años
que discutimos sobre el origen de la homosexualidad y de dónde ésta surge, así
también como el rol que cumple dentro de una familia. Aquellos que lo
comenzaron a hacer públicamente eran catalogados como trasgresores. La película
“Secreto en la Montaña” es un gran ejemplo de este movimiento “trasgresor”. Por
el contrario, la obra “Un americano en Paris” – el segundo musical favorito
para las mismas categorías- utiliza los elementos tradicionales del musical y
de Broadway. Sin embargo, esta obra obtuvo menor reconocimiento. Queremos
creer, entonces, que simplemente se debe a la falta de precisión y desempeño y
no a los temas tratados.
¿Podemos
apreciar el arte más allá de su temática o es la misma la que lo convierte
interesante? Es claro que la controversia es aquello que nos atrapa y nos
estimula pero considero que una obra teatral de tal magnitud merece
reconocimiento más allá de su contenido.
Y ustedes, ¿qué piensan?
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