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Irvine Welsh. Sobre vivir la vida.


"Por definición, tienes que vivir hasta que te mueres. Mejor hacer que esa vida sea una experiencia tan completa y gozosa como sea posible, por si la muerte es una mierda, lo cual sospecho que es el caso."


Irvine Welsh.
Es un escritor escocés. Es reconocido por su novela Trainspotting, la cual tuvo una adaptación cinematográfica aclamada por la crítica. Su trabajo está caracterizado por un fuerte dialecto escocés.
Welsh vivió en Muirhouse y dejó la escuela a los 16 años, cambiando multitud de veces de trabajo hasta que emigró a Londres con el movimiento punk. A finales de los ochenta volvió a Escocia, donde trabajó para el Edinburgh District Council a la par que se graduaba en la universidad y se dedicaba a la escritura. A veces sus novelas comparten personajes, conformando un mismo universo dentro de su escritura. Por ejemplo, varios personajes de Trainspotting hacen breves apariciones en Acid House y Pesadillas del Marabú, y apariciones más importantes en Cola, y vuelven a aparecer como protagonistas en PornoTrainspotting refleja el mundo de un grupo de yonquis en la ciudad de Edimburgo primero y luego en Londres. El protagonista, Renton, rechaza la sociedad burguesa tradicional y es en principio amoral, pero su amarga experiencia con la droga y las historias paralelas de sus amigos le hacen evolucionar con lucidez hasta asumir para salvarse de la autodestrucción aquellos valores burgueses que antes rechazaba y al final de la obra rompe con el grupo. Irvine Welsh escribe en su dialecto nativo escocés. Generalmente transcribe el dialecto fonéticamente, ignorando la ortografía tradicional. Aunque otros autores (como James Kelman y Iain Banks) ya habían mostrado el escocés vernáculo de la clase trabajadora, muchos consideran a Welsh el maestro. A lectores no escoceses puede resultarles difícil descifrar este inglés, también se pueden perder el impacto y las referencias al fútbol y a otros localismos así como a la vida cotidiana escocesa que hay en su obra. Por esa razón, algunas ediciones internacionales han incluido breves glosarios al final. Welsh es también, como lo fue Alasdair Gray, inventivo con la forma. Un ejemplo notable es el libro Escoria donde el monólogo interno de la solitaria se impone sobre el propio del protagonista (el anfitrión del gusano), remarcando el voraz apetito del primero.

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