"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno."
Walter Scott.
Fue un prolífico escritor del Romanticismo británico, especializado en novelas históricas, género que creó tal como lo conocemos hoy, además de poeta y editor escocés. Fue conocido en toda Europa en su época, y, en cierto sentido, Scott fue el primer autor que tuvo una verdadera carrera internacional en su tiempo, con muchos lectores contemporáneos en Europa, Australia y Norteamérica. Sus novelas históricas y, en menor medida, su poesía, aún se leen, pero hoy es menos popular de lo que fue en la cumbre de su éxito. A pesar de ello, muchas de sus obras siguen siendo clásicos en la literatura inglesa y específicamente escocesa. Algunos de sus títulos más famosos son Ivanhoe, Rob Roy, The Lady of the Lake, Waverley y The Heart of Midlothian.
Cuando la imprenta tuvo problemas financieros, Scott decidió, en 1814, escribir obras que le generaran constantes ingresos. El primer resultado fue Waverley (Waverley, or Tis Sixty Years Since; El oficial aventurero), una novela publicada anónimamente. Se ambienta durante el levantamiento jacobita de 1745 en el Reino Unido; su protagonista, el inglés Edward Waverley, simpatizante del jacobinismo debido a su crianza tory, se ve involucrado en los hechos pero que al final elige la respetabilidad que representaba la casa de Hanóver. La novela obtuvo un éxito considerable. La siguieron una sucesión de novelas a lo largo de cinco años, todas de ambientación escocesa. Consciente de su reputación como poeta, siguió publicando anónimamente, con el nombre de Autor de Waverley o atribuido como «Cuentos de...» sin autor conocido. Incluso cuando estaba claro que no le iba a dañar admitir su autoría, mantuvo las apariencias, aparentemente por diversión. Durante este tiempo, el apodo El Mago del Norte se aplicaba al misterioso autor de estos éxitos. Su identidad como autor de las novelas era un secreto bastante conocido, hasta el punto de que, en 1815 Scott tuvo el honor de cenar con Jorge, el Príncipe Regente, quien quería conocer al «autor de Waverley». Fundó el Club Bannatyne para imprimir obras raras escritas en escocés de historia, poesía o literatura en general. Logró imprimir 116 volúmenes en total, aunque fue disuelto en 1861. En 1819 dejó de escribir sobre Escocia, con Ivanhoe, una novela histórica que tiene lugar en la Inglaterra del siglo XII. Alcanzó otro éxito clamoroso. Y, lo mismo que con sus primeras novelas, dio a luz varias de este estilo. Probó otros ambientes y épocas, como la Francia de Luis XI en Quentin Durward (Quintín Durward, 1823). Durante esta época de su carrera alcanzó gran fama y obtuvo el título de baronet, pasando a ser Sir Walter Scott. En esta época organizó la visita del rey Jorge IV a Escocia (1822); Scott había preparado un espectacular boato para representar a Jorge como una reencarnación algo rechoncha de «Gentil príncipe Carlos». Esta visita puso de moda el tartán y los kilts, haciendo de ellos símbolos de la identidad nacional escocesa.
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