16. La comadreja y el gallo.
Una comadreja, que había atrapado un gallo, quería devorarlo con un buen pretexto. Y he aquí que comenzó por acusarle diciendo que era molesto para los hombres, porque cantaba de noche y no les dejaba conciliar el sueño. Este replicó que les hacía esto para su beneficio, pues los despertaba para ir a su trabajo habitual. A la segunda le dijo la comadreja: << Pero te has convertido en un ultraje para la naturaleza por pisar a tus hermanas y a tu madre. >> Y el gallo replicó que hacía esto en beneficio de sus amos, pues así conseguía que les pusieran muchos huevos. Harta ya la comadreja, dijo: << ¿Es que no te voy a comer aunque siempre salgas airoso con tus recursos? >>
La fábula muestra que la naturaleza perversa, dispuesta a hacer daño, aunque no lo logre con la máscara de un buen pretexto, hace el mal abiertamente.
La fábula muestra que la naturaleza perversa, dispuesta a hacer daño, aunque no lo logre con la máscara de un buen pretexto, hace el mal abiertamente.
Esopo.
Fue un famoso escritor de fábulas. No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon. En la época clásica su figura se vio rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.
Fue un famoso escritor de fábulas. No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon. En la época clásica su figura se vio rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.
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