13. Los pescadores que pescaron una piedra.
Unos pescadores arrastraban una red y, como era pesada, se pusieron contentos y a bailar, creyendo que era mucha la pesca. Pero cuando la sacaron a rastras a la orilla encontraron pocos peces y que la red estaba llena de piedras y otros deshechos, se quedaron muy tristes, menos contrariados por lo que les había pasado que por haber imaginado lo contrario. Uno de ellos, viejo ya, dijo: << Vamos a dejarlo, compañeros, pues, como parece la desilusión es hermana de la alegría y falta nos hacía, sin duda, disgustarnos algo después de habernos alegrado tanto por adelantado. >>
Pues bien, viendo lo mudable de la vida no debemos jactarnos siempre de las cosas, haciéndonos la cuenta de que de la calma excesiva es forzoso que venga la tormenta.
Pues bien, viendo lo mudable de la vida no debemos jactarnos siempre de las cosas, haciéndonos la cuenta de que de la calma excesiva es forzoso que venga la tormenta.
Esopo.
Fue un famoso escritor de fábulas. No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon. En la época clásica su figura se vio rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.
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