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El ruiseñor y el gavilán. Fábulas de Esopo.

4. El ruiseñor y el gavilán.

   Un ruiseñor, posado en una alta encina, cantaba como tenía por costumbre. Y un gavilán al verlo, como andaba falto de comida, tirándose sobre él lo arrebató. Éste, a punto de morir, le pedía que lo soltara, alegando que él no era suficiente para saciar el vientre de un gavilán y que, si estaba falto de comida, debía buscar pájaros más grandes. Y éste replicó: <<Pero imbécil sería yo si dejando marchar el bocado que tengo a punto en mis garras me pusiera a perseguir lo que aún no ha aparecido.>>
   Así, también, entre los humanos hay insensatos que fiados en mayores esperanzas dejan escapar lo que tienen entre manos.



Esopo.
Fue un famoso escritor de fábulas. 
No está probada su existencia como persona real. Diversos autores posteriores sitúan en diferentes lugares su nacimiento y la descripción de su vida es contradictoria. Hasta la época en que vivió también varía según los autores aunque todos ellos coinciden en que vivió alrededor del 600 a. C. Heráclides Póntico lo menciona como una persona natural de Tracia, nacido esclavo de Jantos y posteriormente liberto de Idmon. En la época clásica su figura se vio rodeada de elementos legendarios e incluso se ha puesto en duda su existencia por algunos historiadores. Sus fábulas se utilizaban como libros de texto en las escuelas y Platón dice que Sócrates se sabía de memoria los apólogos de Esopo.







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